Hoy ha amanecido un día estupendo. El frescor matinal nos ha recordado que aún es invierno, pero el sol lucía en lo alto y vencía en su batalla cotidiana por deshacer brumas.
Una jornada potencialmente idílica, una escenografía natural perfecta para la época, de no ser porque al mirar al norte se percibía, a lo lejos, un cielo enrojecido y el eco de varios disparos a traición.
ETA se ha vuelto a equivocar.
Deja un comentario