A quien se proclama defensor de la gente. Que no olvide a la gente que aprieta los dientes cuando ve salir de la cárcel a los asesinos de sus familiares con treinta años de pena, aunque la condena sea de mil por la atrocidad de sus crímenes. Que no olvide el dolor añadido que se crea a esa gente que, en busca de justicia, debe volver a contar ante un tribunal el dolor vivido al ver cómo tiroteaban al marido, al padre, ante su casa, cuando iba a trabajar. Que no olvide que las teorías de laboratorio politológico pueden escocer la piel y el alma de medio siglo de horror padecido por la gente en Euskadi. (más…)
A lo hecho, pecho (redefinición del absurdo)
Cuando pensaba en el absurdo pensaba en Samuel Beckett, en Vladimir y Estragón esperando pacientes y esperanzados a Godot, pero desde el viernes hay otra imagen que me viene a la mente. La de unas señoras (y señores) afirmando que para terminar con la violencia hay que dejar campar a sus anchas a asesinos, extorsionadores y otros delincuentes. Sé que han matizado sus estridentes exigencias, tras el lógico escándalo provocado, pero eso no ha logrado que se borren de mi disco duro neuronal.
Algunos han querido rizar el rizo del terror. (más…)
Hoy ha amanecido un día estupendo. El frescor matinal nos ha recordado que aún es invierno, pero el sol lucía en lo alto y vencía en su batalla cotidiana por deshacer brumas.
Una jornada potencialmente idílica, una escenografía natural perfecta para la época, de no ser porque al mirar al norte se percibía, a lo lejos, un cielo enrojecido y el eco de varios disparos a traición.
ETA se ha vuelto a equivocar.
Idoia, en la red
