Primer reto: Garantizar un techo bajo el que vivir

Arrancamos año, pero no empezamos de cero. En esta ventana abierta he venido recogiendo las ideas y propuestas sobre las que trabajamos los socialistas vascos. Ideas y propuestas centradas en las preocupaciones, necesidades y demandas ciudadanas. Y hay una en la que todo el mundo se va a retratar de manera inminente: si nuestro Parlamento está dispuesto a garantizar el derecho a disponer de un techo bajo el que vivir. Un derecho constitucional y una competencia de regulación en nuestra mano.

Nosotros ya hemos definido nuestra posición. Lo hemos hecho con un texto articulado, con una ley que no entraba en los planes del Gobierno de Urkullu y, hasta la fecha, sigue sin contar con la voluntad del grupo que le apoya. Pero el trabajo parlamentario está a punto de terminar, y en este enero vamos a comprobar hasta dónde están dispuestos todos los grupos a llegar. Hasta dónde los discursos llamados socialdemócratas o socialcristianos se transforman en realidad. Hasta dónde lo que un partido reclama en el Congreso quiere aplicarlo en donde tiene capacidad de hacerlo, en Euskadi.

Hay que reconocer que la crisis económica nos ha mostrado sin “paños calientes” algunos de los problemas estructurales que el mercado de la vivienda ya tenía. Ante esta situación, el Gobierno de Patxi López hizo una apuesta integral en esta materia. Abrió uno de los procesos más exitosos de participación que se han dado en Euskadi, premiado por la ONU, que culminó en el Pacto Social por la Vivienda en Euskadi. Y de ese pacto, una exigencia de Ley de Vivienda que estableciera el derecho subjetivo a un lugar en el que vivir, como ocurre en las sociedades europeas más avanzadas. Un derecho para todos, un derecho para acceder a la vivienda, pero también para no volvamos a hablar de desahucios. Un derecho como el sanitario o el educativo y que, junto a estos, garantice a cada ciudadano desarrollarse como persona libre con dignidad.

Este derecho sólo lo podemos garantizar si se regula la función social de la vivienda, si se regulan las miles de viviendas vacías para ponerlas a disposición de quienes lo necesitan con las garantías precisas para sus propietarios, si se reconoce legalmente la intervención en rehabilitación y regeneración urbana. Sólo con una visión global en la que se conjuguen los derechos y se reorganicen los recursos se podrá garantizar ese derecho. Las mediaciones para evitar desahucios son ahora instrumento útil, pero es un instrumento transitorio. Lo importante, insisto, es que no tengamos que hablar de mediación, porque no cabría el desahucio.

Esa ley fue deliberadamente bloqueada en la pasada legislatura, como tantas otras. Pero  la recuperamos nada más iniciar la presente. Para que no haya excusas de falta de tiempo. Tampoco en esta ocasión otros grupos han tenido demasiadas prisas, pero los socialistas la hemos mantenido viva en insistente agenda. Y ahora, en enero, queremos la resolución final. Deberíamos ser optimistas. Deberíamos serlo porque UPyD dio el visto bueno a su tramitación y su parlamentario da clases permanentes de lo que deben ser los derechos sociales. Esperemos que lo confirme con su voto. Y debemos ser optimistas porque hace muy pocas semanas en el Congreso de los Diputados el PNV, que hasta ahora se ha opuesto a nuestras demandas, que son las de los ciudadanos, apoyó la expropiación temporal del uso de inmuebles propiedad de la Banca. Eso a lo que aquí se niega de forma tozuda.

No vamos a verlo como incongruencia. Vamos a querer pensar que el partido que apoya al Gobierno de Urkullu lo ha pensado mejor. Vamos a querer pensar que quiere adaptar a los hechos el discurso que mantiene. Vamos a pensar que tal vez, aprovechando el cambio de consejero de la materia, va a cambiar también su política. Vamos a pensar que la negativa del hasta ahora consejero se puede transformar en la aceptación del desde hace semanas candidato. Vamos a pensar eso. Pero no tardaremos en verlo. La ponencia que trabaja en nuestra propuesta está a punto de finalizar su trabajo. Y a no mucho tardar todos vamos a tener que votar esa ley. Será nuestro primer reto en este año. Eso sí que sería ofrecer esperanza a los ciudadanos de Euskadi. Eso sí sería contribuir a que este nuevo año sea más feliz para tanta gente.

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