Todos los nombres

Todos los nombres

Formaron el primer Gobierno vasco de la historia y 75 años después, con la excepción del lehendakari Aguirre, sus nombres son apenas reconocidos fuera del ámbito académico. Pertenecían a distintas formaciones políticas: Telesforo Monzón, Heliodoro de la Torre y Jesús María Leizaola, al igual que Aguirre, al PNV; Juan de los Toyos, Juan Gracia y Santiago Aznar eran socialistas; Gonzalo Nárdiz, nacionalista de ANV; Juan Astigarrabia, comunista; Ramón María Aldasoro y Alfredo Espinosa, republicanos.

Ejercieron su labor de consejeros en circunstancias excepcionales, con el país roto por la guerra civil y con un objetivo compartido: la defensa de la democracia y la libertad amenazadas. Su autoridad real se limitó únicamente al territorio vizcaíno y apenas duró ocho meses y medio -hasta la caída de Bilbao el 19 de junio de 1937-, pero su trabajo fue encomiable en muchos aspectos. El historiador Juan Pablo Fusi ha escrito que aquel primer gabinete vasco de concentración “demostró ser un gobierno cualificado y eficaz, que acertó a desarrollar una gestión altamente estimable en muchas de las áreas que quedaron bajo su responsabilidad y competencia”. La creación de la ‘ertzaña’ para garantizar el orden público, el funcionamiento regular de la administración de justicia –algo excepcional en la retaguardia republicana-, la creación de la universidad vasca, la emisión de moneda o la promoción del euskera con la creación de un colegio oficial de profesores son logros atribuibles al coraje de aquellos hombres. Logros que, sin embargo, quedaron sepultados por los problemas apremiantes derivados de la guerra: el abastecimiento de víveres y armas y la creación de un Ejército Vasco para repeler la ofensiva franquista.

La derrota les deparó a todos ellos suertes amargas. Pese a su juventud –Aguirre tenía 32 años cuando fue elegido lehendakari-, la mayoría murió en el exilio. Los que sobrevivieron a la dictadura, como Leizaola, Monzón, Astigarrabia o Nárdiz, retornaron a Euskadi e incluso volvieron a hacer política en democracia. Pero en estas líneas quería recordar el destino trágico de uno de ellos, el bilbaíno Alfredo Espinosa, consejero de Sanidad, apresado cuando regresaba de Francia en junio de 1937 y fusilado por Franco. Tenía 33 años. Dejaba viuda, Paquita Gómez, y dos hijos pequeños, Alfredo y María Victoria.

“Dile a nuestro pueblo que un consejero del Gobierno Vasco muere como un valiente y que gustoso ofrenda su vida por la libertad del mismo. Diles asimismo que pienso en todos ellos con toda mi alma y que muero no por nada deshonroso sino todo lo contrario, por defender sus libertades y sus conquistas legítimamente ganadas en tantos años de lucha. Que mi muerte sirva de ejemplo y de algo útil en esta lucha cruel y horrible… Cuando la historia nos juzgue a todos sabrán que nosotros hicimos lo indecible por evitar la muerte a los presos y por conservar el respeto absoluto a toda idea por opuesta que fuere a la nuestra. Te abraza hasta siempre”.

Estas palabras, extraídas de la carta que Espinosa escribió al lehendakari Aguirre la víspera de su muerte, hablan por sí mismas de la calidad moral de aquel joven médico republicano. El Ayuntamiento de Bilbao, su villa natal, le dedicó una calle en el barrio de Miribilla en el año 2000. Vitoria-Gasteiz, la ciudad donde fue fusilado, hizo lo propio en 2007. También el Gobierno Vasco ha recordado su figura en ocasiones puntuales, pero aún no hemos logrado que el reconocimiento público de su persona sea unánime y mayoritario. Estamos a tiempo. Tenemos la obligación de recuperar su nombre y los nombres de todos los que se sacrificaron por la democracia y la libertad de Euskadi, más allá de las siglas y los colores políticos. Todos ellos merecen el recuerdo admirado y agradecido de una sociedad que les debe mucho. El lehendakari Patxi López les rendirá homenaje este viernes en Gernika, al cumplirse 75 años de la formación de aquel primer Gobierno vasco.

3 thoughts on “Todos los nombres
Anonymous

Señora Mendia, en relación con el caso de a asistencia sanitaria que no quiere prestar la comunidad autónoma de la Rioja a los residentes vascos que habitan en la zona limítrofe con ella afirma usted que los riojanos no se merecen al presidente «que les ha tocado».

Todos estamos de acuerdo en que en una democracia los presidentes «no tocan», se eligen. Si los riojanos han elegido un presidente que comete imprudencias o actos carentes de razón, achaquémosles tambien su responsabilidad a ellos, por haberlo votado. La democracia es un régimen de responsabilidad. Para remendar los errores tenemos elecciones cada 4 años…

Anonymous

Muy interesante.
Gracias

Tutto

Idoia,

Una gran entrada y creo que muchos vascos, sobretodo de mi generación, desconocemos todo esto y creo que sería bueno divulgarlo y contarlo en los colegios.

Una recomendación sobre tu nuevo estilo del blog, busca un ancho de entrada mayor, porque se hace muy incómodo que sea tan estrecho al leer.

Salu2

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