En el Gobierno socialista que lideró el lehendakari Patxi López nos costó encontrar una fecha en el calendario en la que en Euskadi no se hubiera sufrido por el terror. Propusimos una de las pocas en las que no había habido asesinados. Y este 10 de noviembre compartiremos en silencio el tiempo que nos reservamos en las instituciones para recordar la injusticia del pasado, lo pendiente del presente y lo que no queremos para el futuro. Pero han sido demasiados años de silencios que han servido de refugio a quienes negaban la trágica realidad padecida en nuestro país. Por eso, desde que conseguimos que esta fecha fuera asumida por todos, el socialismo siempre lo ha acompañado de palabras.
Porque tenemos muy presentes a todas aquellas víctimas que necesitan que les repitamos con claridad que jamás hubo una sola razón para su sufrimiento. Que no hubo razón política ni de Estado. Que el mayor y más prolongado daño causado a este país desde que recuperamos la democracia tiene las siglas de ETA, a la que volvemos a exigir su inmediata disolución. Que no hay argumento, excusa, contexto ni justificación que explique una sola vida segada, un solo secuestro, una sola extorsión, una sola infancia robada, un solo miedo padecido. Que no existió nunca un solo argumento, excusa, contexto ni justificación que explique que a ese terror se respondiera con otro terror bajo las siglas del GAL o el Batallón Vasco Español o cualquier otra forma organizada de violencia. Que no lo hubo para un solo abuso o exceso policial.
Nuestro reconocimiento expreso del dolor de quienes tanto han sufrido. De los asesinados y sus familias. De los que se exiliaron. De los grandes resistentes que siguieron jugándose todo para ganar la libertad de todos. De los cargos socialistas, los compañeros de otros partidos, los agentes policiales, jueces, periodistas y empresarios. De los militantes de la paz. Que sepan que nuestra tarea no ha terminado. No terminará hasta que consigamos que todos podamos verbalizar, bien alto, que el nunca más debe ir precedido de asumir el nunca antes. En ello trabajamos las y los socialistas.
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