No es un día cualquiera

Vuelvo a abrir la ventana de este blog, tras la campaña electoral y la gestión posterior de los tiempos, con una nueva legislatura en marcha y en un día del que los socialistas nos sentimos profundamente orgullosos. Porque hoy no es un día cualquiera. Hace 37 años vascos de diferentes ideologías, de izquierdas y derechas, nacionalistas y no nacionalistas, jóvenes y mayores, alaveses, vizcaínos y guipuzcoanos, pudimos votar por primera vez en la historia que queríamos un futuro compartido. Y sentimos el orgullo de haber sido agentes imprescindibles en aquel gran acuerdo, como sentimos el orgullo de saber que seremos agentes imprescindibles en cualquier otro acuerdo donde se sumen diferentes para dejar una Euskadi mejor.

Este 25 de octubre sólo unos partidos consideramos que es digno de celebración que tuviésemos la oportunidad de votar sobre cómo construir ese futuro juntos. Y, sin embargo, hace apenas tres semanas todas las fuerzas que hemos conseguido representación parlamentaria estuvimos en Gernika para reivindicar sin fisuras el primer Gobierno vasco, el que permitió dentro de la legalidad alumbrar la comunidad política de Euskadi, aunque la guerra impidiera que los ciudadanos pudieran avalarlo en las urnas. Y quienes no lo celebran son, precisamente, quienes aluden a un indefinido derecho a decidir con el que intentan evocar la consulta a la ciudadanía cuando lo que pretenden es disfrazar es el derecho a decidir independizarse, sin más.

No deja de asombrarme esta inmensa paradoja. Porque hoy se escucharán de nuevo las voces de quienes este día no les hace recordar que hace 37 años no existían ni Osakidetza ni Ertzaintza, ni Lanbide, ni RGI, ni educación pública, ni Concierto Económico. Hoy se escucharán los lamentos por lo que queda pendiente. Tal vez se vuelva a añoranzas forales, o tal vez a ensueños nacionalistas, o se revolverán espejos en otros lugares de España y del mundo sin pensar que en otros lugares de España y del mundo les gustaría llegar a un acuerdo como los que supimos tejer entre distintos hace 80 años y renovar y refrendar hace 37 años.

Los socialistas hemos sido protagonistas de la construcción de ese modelo y padecemos sus carencias y sus incumplimientos, como las padecen el resto de los vascos. Pero discrepo de la utilización que el nacionalismo hace del autogobierno. Al autogobierno le hace tanto daño el incumplimiento por falta de transferencias como el incumplimiento por no usarse a fondo las competencias. Le hace tanto daño el recurso sistemático del Gobierno de Rajoy a cada una de nuestras leyes, como que el PNV se arrogue sistemáticamente la marca de su único defensor.

Porque quizás también sea momento de decir sin complejos que hay gente en este país que pude sentirse agraviada. Gente que trabajó mano con mano con muchos nacionalistas para hacer posible este Estatuto y que hoy se siente excluida de su propia obra. Que teme que haya tentaciones de volver al discurso del “ellos” y “nosotros”. Y gente, también nacionalista, que oyen a sus herederos renegar tanto de aquel inmenso esfuerzo colectivo, y me pregunto qué pensaran cuanto dieron tanto y hoy, el aniversario de todo aquello, pasa sin pena ni gloria por el calendario.

Por eso hoy quiero, en nombre de los socialistas vascos, renovar el compromiso histórico que tenemos con este país. Quiero reivindicar el pasado que supimos construir como el mejor espejo en el que mirarnos para el futuro que debemos legar. Un futuro que pasa por actualizar el triple pacto entre vascos y vascas de diferentes identidades, entre tres territorios con sus peculiaridades, y entre vascos y el resto de españoles para un proyecto de convivencia en común.

Queremos adaptar a las nuevas realidades, sociales, económicas y europeas, nuestra firme voluntad de seguir haciéndonos cargo de nuestra sanidad, de nuestra educación, de nuestro sistema de protección social, de nuestras políticas de impulso de la economía, de la generación de empleo, de nuestra fiscalidad. Y queremos actualizar ese acuerdo para que nadie quede atrás, para que todos los vascos tengamos iguales derechos e iguales obligaciones, pensemos como pensemos y nos sintamos como nos sintamos

Esto es lo que ha sido el Estatuto para los socialistas. Un acuerdo de país que nos ha hecho grandes a los vascos. El motor de la mayor época de progreso que jamás haya vivido Euskadi, porque ha permitido volcar los instrumentos que derivan del Estatuto al servicio de la causa más noble que conocemos: los derechos sociales, la dignidad de los ciudadanos, la libertad y la justicia. Las que están en el ADN del partido socialista desde su nacimiento en el siglo XIX, las que mantenemos en el siglo XXI. Las que queremos que hereden las próximas generaciones.

En ese acuerdo de país es en el que seguimos creyendo los socialistas. En ese seguimos trabajando y en ése seguiremos en esta legislatura que arranca. En el que entiende el autogobierno como un pacto de responsabilidad, solidaridad y convivencia que ofrece instrumentos para atender los problemas reales de los ciudadanos. Eso es el Estatuto ahora. Y eso debe ser cualquier actualización: un pacto que, siguiendo los procedimientos legales, como ocurrió en el 36 y en el 79, nos permita seguir ejerciendo la solidaridad y la responsabilidad. Los socialistas no estaremos en otra cosa, como no estuvimos antes. Y creo que se puede pedir a quien hoy no quiera celebrar nada y va a ponerse al frente del país, que reconozca (si es necesario en silencio) que todo lo que va a tener que gestionar es posible, precisamente, por eso que no gusta rememorar.

Nosotros lo decimos bien alto. En este día en el que tantos vascos acuden a su centro de salud, tantos niños y niñas están en una escuela, tantas miles de familias subsisten gracias a la RGI, todos nos sentimos protegidos por la Ertzaintza… los socialistas recordamos que todo esto es posible porque un día igual a éste, hace 37 años, una mayoría social fue a la urna a decir que éste era el país que quería y que para hacerlo posible había que votar sí al Estatuto. Ganaron ellos, ganamos la generación que les seguimos, y nos toca hacer ganar a los que nos sigan a nosotros, para que la cadena, esa cadena en la que participamos con orgullo los socialistas, no se rompa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.

Pregúntame lo que quieras…

Idoia, en la red

                         

Archivos