Renovar la Constitución: Iguales en la diferencia

Renovar la Constitución: Iguales en la diferencia

Somos iguales y tenemos derecho a ser diferentes. Y estas diferencias son las que queremos no ya que se reconozcan, sino que se integren. Con lealtad, con solidaridad. Nadie mejor que nadie, nadie por encima de nadie, nadie borrado por nadie. Ése es el proyecto que se dibujó en la Constitución. Ése es el pacto que queremos renovar para que se resuelvan los problemas allí donde se detectan, no para crearlos allí donde los hemos conseguido encauzar. Ésta es la reflexión que queremos hacer desde el socialismo vasco cuando la apertura al diálogo en busca del consenso se intenta teñir de agravios.

En este aniversario de la Constitución quiero recordar las palabras de uno de sus hacedores. Ramón Rubial vio en este texto no sólo un acuerdo para “desatar las trabas de la dictadura y consolidar la democracia”, sino la enorme oportunidad de transformar España desde una óptica progresista. Y ése es el balance: el profundo cambio del conjunto de los pueblos de España gracias a un modelo descentralizado, de vocación federal, que ha posibilitado el mayor periodo de convivencia y el mayor periodo de crecimiento económico y cohesión social. Por eso el socialismo vasco se implicó expresamente en esa apuesta. Por eso somos el único partido de Euskadi que ha tomado parte en todos y cada uno de los procesos electorales y referéndums desde que recuperamos la democracia. El único que pidió a los vascos y vascas en las urnas que también nuestras singularidades fueran integradas para seguir conviviendo juntos, como llevamos haciéndolo durante toda la historia de España.

El inmenso éxito no impide que veamos los fallos. La Constitución necesita la puesta al día para integrar derechos que no se contemplaban como tales hace cuatro décadas, como los medioambientales o los de participación, o la nueva realidad que vivimos desde que ingresamos en Europa. Pero también porque esa concepción federal que está en su redacción no tiene sus mecanismos de garantía de lealtad. Por ambas partes. Y esto ha hecho que en distintas comunidades la decisión de asumir la responsabilidad de gestionar servicios públicos no se haya visto acompañada de la suficiencia financiera para atenderlos, ni de que la voz autonómica sea tenida en cuenta en la toma de decisiones trascendentes en sus áreas de competencia, dentro del Estado o en la Unión Europea.

Por eso el socialismo vasco levanta su voz junto al resto de los socialistas españoles en favor de un modelo de financiación nuevo para España que garantice a todas las Comunidades suficiencia para sostener sus servicios públicos. Somos los únicos que enarbolamos la bandera de la reforma constitucional federal porque para nosotros es la bandera de la igualdad y la solidaridad. Y lo hacemos defendiendo una idea de fondo: que la fórmula del pacto, reconociendo e integrando singularidades, es el mejor camino para solucionar problemas. No es que le convenga a Euskadi, es que es la que conviene al conjunto de España.

Porque España es plural, y se confunden quienes quieren diluir esa diversidad. La pluralidad es una de nuestras mayores riquezas como país. Gestionarla es el gran reto que tenemos por delante. Todos los líderes territoriales del PSOE queremos hacer valer los intereses de nuestras comunidades. Todos sin excepción, y es lo que debemos hacer. Sabiendo, como sabemos, que el pacto entre diferentes necesita asumir las diferencias. Que no son agravios, que no son privilegios. Son un inmenso capital a asumir todos como propio.

Desde Euskadi estamos embarcados en convencer al nacionalismo de que la mejor opción para los vascos y vascas, ante la inevitable reforma constitucional, es que se impliquen. Que no desaprovechen esta ventana que se abre. Así lo hemos propuesto en la ponencia de autogobierno, aunque una mayoría ha considerado que la también necesaria actualización de nuestro Estatuto no puede esperar. El PSE-EE lo afrontará con voluntad de amplio acuerdo para reforzar los derechos sociales que hemos ido construyendo, pero recordando también a cada paso que ni uno sólo de nuestros derechos pueden quedar en el limbo porque se quiera situar el nuevo ordenamiento interno fuera del marco legal.

Lo haremos, pero el nacionalismo debe saber que tarde o temprano va a tener que sentarse en una mesa en el Congreso con quienes representan no menos legítimos intereses de sus territorios en otros lugares de España. Para destacar lo que ya nos une aquí a los distintos, para corregir los fallos, para llenar los vacíos. Los socialistas vascos les proponemos defender juntos las singularidades que compartimos aquí, nos sintamos como nos sintamos, para que nuestras diferencias sean integradas en un proyecto de igualdad y solidaridad.

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